miércoles, 22 de abril de 2009

Entrevista de Liliana Valle a los querellantes Iris y Floreal Avellaneda y a su abogado Jorge Brioso

REPRESION-CAMPO DE MAYO-FLOREAL AVELLANEDA/ (CON FOTO)
JUICIO ORAL Y PUBLICO LUEGO DE 33 AÑOS POR FLOREAL AVELLANEDA
Buenos Aires, 16 de abril (Télam).- Los padres de Floreal Avellaneda expresaron que el juicio que se realizará después de 33 años de su secuestro y asesinato, demuestra que “nunca hay que bajar los brazos si se quiere justicia“, y que su búsqueda no terminará “hasta que nos digan qué hicieron con nuestro hijo“.
En una entrevista concedida a Télam el mismo día en que se cumplieron 33 años en que un grupo comando llevó de su casa -de la localidad bonaerense de Munro- a Iris Etelvina Pereyra de Avellaneda y a su hijo Floreal, de 15 años, los padres del joven esperan que el 27 de abril comience a cerrarse una etapa de la historia de lucha que los mantiene unidos más que nunca.
“Hemos pasado las de San Quintín para que esto no quede impune porque sabíamos que algún día podía llegar el juicio. Ahora llegó y tenemos que estar bien, firmes y esperar que esta lacra pague como corresponde“, sostuvo Iris, que a los 70 años sabe trasmitir con claridad sus sentimientos.
Sin embargo, para Iris y Floreal padre éste es sólo el capítulo de una historia que cerrará definitivamente cuando sepan qué pasó con el cadáver de su hijo después de que apareciera flotando en las aguas del río de la Plata el 15 de mayo de 1976, el mismo día que cumplía 16 años.
El juicio es un desprendimiento de la megacausa que investiga los crímenes cometidos bajo la jurisdicción de Campo de Mayo, el más grande centro clandestino de detención que funcionó durante la dictadura militar y que en 1976 tenía como máximo responsable al ex general Santiago Omar Riveros.
Iris y Floreal declararán el 11 de mayo en los Tribunales de San Martín ante los jueces Lucila Larrandart, Héctor Sagretti y Marta Isabel Miloc y a partir de ese día, aseguran, asistirán a todas las audiencias.
Con sus 70 años que no le pesan a la hora de recordar, Iris repasará los momentos en que una patota del Ejército Argentino llegó a la casa en busca de su esposo Floreal, a quien buscaban por su actividad gremial y por pertenecer al Partido Comunista.
Floreal pudo escapar y mantenerse oculto durante casi dos años, en tanto Iris recuperó su libertad en 1978 tras haber pasado por las cárceles de Olmos y Villa Devoto.
“Declararé como lo hice en el juicio a las Juntas cómo nos llevaron a los dos y las horas que estuvimos juntos en la Comisaría de Villa Martelli, hasta que me llevaron a Campo de Mayo y no supe más del “Negrito“, relató Iris.
Iris verá en el banquillo a Alberto Angel Aneto, el ex principal de la comisaría de Villa Martelli que a cara descubierta se la llevó junto con su hijo aquella madrugada de Semana Santa.
Lo reconocerá como “el que me torturaba con picana eléctrica los 15 días que estuve secuestrada en El Campito“, uno de los centros clandestinos que funcionaba dentro del predio militar y en el que estuvo Iris después de pasar por la comisaría de Villa Martelli.
Iris dará detalles de los ruidos que escuchaba, los murmullos, los pasos de las botas y las voces de los represores, ya que siempre vendada y encapuchada resistió callada cada vez que le preguntaban bajo tortura por su esposo.
Asignada con el número 527, Iris repasará ante el Tribunal el momento en que la llevaron a un lugar donde practicaron un simulacro de fusilamiento.
“Me dijeron que pidiera tres deseos, y yo dije que quería saber dónde estaba el Negrito, a lo que me contestaron “no preguntes más, ya lo reventamos“ y me gatillaron tres veces, me dejaron tirada y se fueron diciendo “con estos comunistas no se puede“.
Floreal tiene 79 años y no puede evitar quebrarse al recordar a su hijo como “un chico rebelde, deportista, que ayudaba a hacer carteles con los rostros del Che Guevara“.
Para Floreal, queda pendiente la tarea de saber qué paso con el cadáver de su hijo, que después de ser rescatado del río de la Plata e identificado por autoridades argentinas, fue enterrado en un cementerio de Montevideo.
A Floreal padre le pesa que los viajes que realizaron a Uruguay no dieron resultado y que la causa por el robo del cadáver no tiene juez.
“Tres jueces se declararon incompetentes y la causa está paralizada“, se quejó.
El 27 de abril comparecerán ante los Tribunales de San Martín el ex general de división Santiago Omar Riveros, quien se desempeñó como Comandante de Institutos Militares y condujo la jefatura militar de la zona 4 en Campo de Mayo entre 1975 y 1978, además de integrar la Junta Interamericana de Defensa, ámbito de articulación de la represión en todo el continente.
También lo hará el ex general Fernando Exequiel Verplaetsen, que se agregó a la causa en noviembre de 2008, y deberá responder por su responsabilidad como Jefe de Inteligencia del Comando de Institutos Militares con jurisdicción en Campo de Mayo cuando estalló el golpe el 24 de marzo de 1976.
Los demás imputados son Osvaldo Jorge García director de la Escuela de Infantería que tenía a su cargo el área de Vicente López; el capitán Raúl Horacio Harsich y el mayor César Amadeo Fragni, oficiales del Ejercito que firmaron el acta de detención de Iris Pereyra; y el ex principal de la comisaría de Villa Martelli, Alberto Angel Aneto, reconocido por Iris como uno de los secuestradores. (Télam).-
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REPRESION-CAMPO DE MAYO-FLOREAL AVELLANEDA-PERIPLO/
EL PERIPLO DEL CADAVER DEL JOVEN ASESINADO POR LA DICTADURA
Buenos Aires, 16 de abril (Télam).- El destino del cadáver del “negrito“ Floreal Avellaneda, que apareció flotando en aguas del Río de la Plata, atado de pies y manos, con una profunda herida en una pierna y señas de empalamiento, sigue siendo uno de los secretos que guardan los militares uruguayos que usurparon el poder en 1976.
El cuerpo fue hallado por un pesquero y rescatado por personal de la Prefectura de Troubille, a 5 kilómetros de Montevideo el 15 de mayo de 1976, un mes después de que fuera secuestrado junto a su madre.
“Eran los primeros cadáveres que aparecían flotando en el Río de la Plata“, relató el abogado patrocinante de la familia Avellaneda, Jorge Brioso, y tal vez por no conocerse debidamente la operativa de los genocidas para deshacerse de los secuestrados, la dictadura uruguaya explicó que las muertes habían sido producto de una reyerta con un pesquero coreano y permitió que la prensa fotografiara los cuerpos.
Así, el diario “Ultima hora“informaba sobre la aparición de ocho cuerpos en las aguas del Río de la Plata en su edición del 16 de mayo bajo el título “Cadáveres en el Uruguay“.
Según la crónica, “en un comunicado oficial de la Prefectura Nacional Naval del Uruguay, se informó que el último de los cadáveres encontrados era de sexo masculino, cutis trigueño, cabello castaño oscuro, de un metro sesenta de estatura. Como seña particular se encontró un tatuaje en forma de corazón con las iniciales F y A“.
El papá de Floreal, que había podido escapar aquella madrugada en que fueron secuestrados su esposa e hijo, leyó en un diario la noticia y no tuvo dudas de que se trataba de su hijo porque ese tatuaje era el mismo que él llevaba y que Floreal había querido hacerse.
Según precisó Brioso, Floreal padre se conectó de inmediato con el abogado Julio Viaggio, que ya había hecho la presentación judicial por la desaparición de su hijo, y pidió un exhorto a las autoridades de Montevideo.
El informe que llegó a la policía de La Plata y al juzgado permitió cotejar las huellas dactilares y determinar que el cuerpo efectivamente pertenecía a Floreal Avellaneda.
“Luego fue depositado en un tubular (nicho) del cementerio del Norte, en Montevideo“, relató Brioso sobre el itinerario del cadáver.
En 1984, los padres de Floreal viajaron a Montevideo y se presentaron a las autoridades del cementerio que les explicaron que transcurridos dos años los cuerpos eran retirados y colocados en un osario.
La versión fue aceptada por los padres hasta que a fines de 2005, un empleado del cementerio denunció haber visto que el 16 de junio de 1979, una patrulla militar retiró el cadáver del cementerio.
“Empezamos a investigar y nos encontramos con que no existía ningún acta de reducción donde constara el traslado al osario y eso nos llevó a abrir una causa por el robo del cuerpo“ puntualizó el abogado. (Télam).-

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